viernes, 13 de septiembre de 2013

El IBO hace de León un lugar único para estudiar la cultura indoeuropea (Diario de León, 13-09-2013)

Alumnos del curso de sánscrito I

El IBO hace de León un lugar único para estudiar la cultura indoeuropea

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Autor: Emilio Gancedo

Son las raíces más antiguas de la cultura europea. Lenguas y alfabetos que revelan «el pasado común de todos nosotros», una serie de idiomas que descubren a quien los estudia una aventura insospechada: la del origen compartido de todos los habitantes del continente.

Y es que las novedades principales del nuevo curso lectivo del Instituto Bíblico y Oriental de León pasan, sobre todo, por la India y por la cultura común indoeuropea. Así, al actual curso de sánscrito, tal y como informan desde el IBO, se suman «los de védico, lectura de textos sánscritos —a éste sólo pueden acceder los alumnos que hayan cursado sánscrito I y II—, avéstico clásico y persa antiguo».

El profesor de estas materias, Alexander Zavisa von Schlauter, explicó al Diario que, en el caso del sánscrito y del védico, los alumnos inscritos tendrán ocasión de conocer («y de disfrutar») la literatura escrita en esas lenguas, repasando textos como el Rig Veda, «una de las obras más antiguas de la historia y uno de los grandes libros sagrados del hinduismo», informó. Zavisa argumentó que los europeos somos «descendientes» de las gentes que compusieron esas magnas obras. «Los autores del Rig Veda pertenecían al mismo pueblo del que procedemos todos los europeos», confirmó.

Zavisa, «mitad alemán, mitad sueco», como se autocalifica, considera que el sánscrito es todavía «un idioma poco conocido en Europa, donde ha prevalecido la tradición del estudio del latín y el griego clásicos», pero antes que ellos, y de forma común a todas las lenguas romances y germánicas, se agazapa el sánscrito. «De hecho, cuando la gente lo estudia, se da cuenta de que un montón de palabras suenan como en español», comenta.

Idioma vivo aún hoy

Sobre esta venerable lengua destacó que se trata del «idioma académico por excelencia de la India por la gran precisión que permite, además de un importante idioma litúrgico». Pero también recordó que hoy en día sigue siendo un idioma vivo y en evolución, hablado por cerca de 11.000 personas nativas y por unas 700.000 como segundo idioma según censo del 2011, aunque muchos jóvenes no lo declaran por considerarlo una forma de hablar ‘anticuada’ y que las cifras reales «como mínimo, rozan el medio millón».

Sobre el persa detalló que se trata de una lengua irania, también indoeuropea, «el idioma del imperio aqueménida», no representada por literatura alguna pero sí en inscripciones y tumbas. «Quizá lo más atractivo de ella sea su escritura cuneiforme, unico caso existente en la familia indoeuropea, pero también, por mi parte, existe un intento personal de acabar con esa visión clásica de los persas como amenazadores invasores; «eso es un puro mito, considero importante y útil conocer ese otro bando; de hecho ellos mismos, los griegos y los persas, se daban cuenta de que hablaban un idioma inteligible».

Por último, definió el avéstico como «la lengua litúrgica de los parsis, seguidores de la religión zoroastrista, conservada en sus libros sagrados». «Es también uno de los más antiguos idiomas indoeuropeo —afirmó— y enseñándolo quiero también romper ciertos esterotipos respecto a Irán, abrir un camino hacia una cultura tan grande, con un literatura riquísima».

Manuscrito del Rig Veda

«Estas lenguas enseñan a vernos como una unidad»

El profesor Alexander Zavisa no duda en reconocer al Instituto Bíblico y Oriental de León como la «única institución» que hace «accesible» a todo tipo de públicos el estudio de lenguas antiguas y bíblicas, habitual coto para un puñado de académicos especialistas y vedado a los niveles populares. El sánscrito, por ejemplo, se suele impartir durante un par de semestres para los alumnos universitarios de Filología Clásica, «un grado que, además, está desapareciendo», precisó Zavisa, quien defendió la enseñanza y aprendizaje de este tipo de lenguas porque «nos hace ver lo que tenemos en común, de la unidad que formamos en el pasado». «Y también es un buen camino para conocer otras culturas», opinó. Lo que sí tiene claro es que la oferta del IBO «supera, por su extensión, cualquier programa académico que yo conozca», aseguró Alexander Zavisa, licenciado en Filología Clásica y miembro de la Asociación Internacional de Estudios Sánscritos y de la Asociación Española de Estudios Orientales.

El Instituto Bíblico y Oriental, con sede en la Real Colegiata de San Isidoro, donde se informa a todos los interesados en estos cursos, dará a conocer la próxima semana su oferta de idiomas, que incluyen griego y hebreo bíblicos, acadio, sumerio, egipcio, copto y sánscrito, a los que ahora se suman védico, avéstico clásico y persa.

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